En medio de desafíos que incluyen la disrupción tecnológica, la transformación social y los riesgos ambientales, la buena gobernanza puede ayudarnos a navegar hacia un futuro más brillante.
La conectividad digital y el progreso tecnológico nos han brindado oportunidades de colaboración como nunca antes. Al mismo tiempo, enfrentamos desafíos sin precedentes, desde enfrentar el cambio climático hasta navegar por innovaciones de vanguardia. Para aprovechar estas oportunidades y superar los obstáculos que tenemos ante nosotros como individuos y como colectivo, debemos priorizar la buena gobernanza .
Una gobernanza sólida puede allanar el camino hacia un futuro mejor al fomentar la confianza, la rendición de cuentas y un claro sentido de propósito, incluso en tiempos económicos y sociales turbulentos. Por su labor en esta área crítica, el ganador del Premio al Liderazgo Lawrence D. Eicher (LDE) de este año a la excelencia en el desarrollo de normas es el comité técnico ISO/TC 309 sobre gobernanza de las organizaciones. El comité será homenajeado en la Reunión Anual de ISO en Cartagena de Indias, Colombia, que tendrá lugar del 9 al 13 de septiembre.
Buen gobierno: la base para un mundo mejor
Una gobernanza deficiente es más que un obstáculo: plantea graves riesgos, tanto para las organizaciones como para las comunidades en las que operan. Erosiona la confianza pública, daña la reputación y puede generar pérdidas financieras sustanciales, así como repercusiones legales. Lo más grave es que la mala gobernanza impide el progreso hacia nuestros esfuerzos colectivos más cruciales, como reducir la desigualdad y proteger nuestro medio ambiente.
Además, la buena gobernanza es la piedra angular del éxito organizacional. Una supervisión eficaz y la capacidad de adaptarse a los desafíos son esenciales para construir una organización que pueda soportar la doble prueba del tiempo y el cambio. Para los empleados y el público, la buena gobernanza fomenta la rendición de cuentas, garantizando que las organizaciones sean responsables tanto ante sus partes interesadas como ante su público.
Al brindarles a los líderes empresariales y a los encargados de formular políticas las herramientas para desempeñarse eficazmente, comportarse éticamente y ser administradores responsables, ISO/TC 309 ha realizado la difícil tarea de señalar claramente cuándo la gobernanza de una organización está a la altura de la tarea que tiene por delante y cuándo está fallando.
Un “bien” común
Pero, con organizaciones que varían en tamaño desde un único fundador laborioso hasta plantillas de cientos de miles de personas, en distintos lugares, sectores e industrias, ¿cómo podemos empezar a crear una definición universal de buena gobernanza? Para responder a esta pregunta, el comité ISO identificó algo que todas las empresas, independientemente de su tamaño o especialidad, tienen en común: su propósito.
Ya sea que vendan alimentos o desarrollen software, todas las empresas trabajan con una visión a largo plazo. Para la gran mayoría de las empresas, esta siempre ha sido la rentabilidad: cuanto más ingresos produce un grupo, más éxito se considera que tiene. Los expertos que participan en el ISO/TC 309 reconocen que un futuro sostenible exige un cambio de enfoque, que trascienda los ingresos para incluir a las personas y al planeta. Ya sea que se trate de combatir el cambio climático, apoyar a las comunidades locales o abordar las desigualdades sociales, una organización también debe ser una fuerza para el cambio positivo.
Una buena gobernanza debería surgir de la respuesta a esta pregunta: ¿Qué problemas fundamentales están resolviendo para las personas y el planeta, sin beneficiarse de causar daño o lucrarse con ello? El presidente Kevin Brear, el vicepresidente Dr. Axel Kravatzky y el director del comité Mike Henigan tienen una respuesta clara:
No se trata de hacer todo por todos, sino de identificar una contribución estratégica y maximizarla.
Además de identificar este propósito, es fundamental que las organizaciones comprendan claramente cómo se comporta la ética en la práctica. Para ello, el comité ha creado directrices que ofrecen a las organizaciones un conjunto de herramientas y estándares que respaldan la labor fundamental de ejecutar una buena gobernanza, abarcando el cumplimiento normativo, la denuncia de irregularidades, la lucha contra el soborno, los conflictos de intereses y más.
Cada año, el prestigioso premio Lawrence D. Eicher Leadership Award reconoce el desempeño superior de uno de los muchos grupos técnicos que desarrollan las normas ISO. Inaugurado en 2003, este premio recibe su nombre en honor al difunto Secretario General de la ISO, Lawrence D. Eicher, cuyo mandato de 16 años en la ISO (1986-2002) vio a la organización evolucionar de una institución con un enfoque predominantemente tecnológico a una organización orientada al mercado. Las normas ISO son cada vez más reconocidas por aportar, además de soluciones a problemas técnicos, beneficios sociales y económicos más amplios.
Fuente: iso.org
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